Nace en Cesarea de Filipo ciudad de Palestina, posiblemente en la década del siglo III del Cristianismo, aproximadamente en el año 206. Le tocó vivir la era de los "mártires" en ese tiempo todo creyente era perseguido con el fin de ser obligado a negar su fe.
Cuando cumplía 17 años de edad fue degollada un 14 de octubre junto con sus hermanos Carpornio, Evaristo y Prisciano. El cuerpo de Santa Fortunata fue depositado en las catacumbas de Calepodio en Roma.
El Papa Pío VI, hace pública su veneración autorizando al Cardenal Marco Antonio y al Cardenal Santiago Severine exhumar sus restos y un vaso con su sangre, el 05 de enero de 1793. Cuando del M.R.P. Fray Tadeo Ocampo, representante de las Misiones Apostólicas del Colegio Franciscano de Propaganda FIDE de Moquegua, se encontraba en Roma, recibió las santas reliquias del cuerpo de la virgen y mártir para que pudiera difundirse la fe cristiana en la Villa de Moquegua en 1796.
Cuenta la historia que ella manifestaba su voluntad poniéndose más pesada y que no había forma de moverla; sin embargo; cuando se le mencionó el nombre de Moquegua, la pesada carga se puso tan liviana como una pluma. Con esta actitud mostraba el deseo de quedarse en la ciudad de la eterna primavera.
El grandioso día en que fue recibida en la ciudad de Moquegua entre repiques de campanas, fue el 08 de octubre de 1798 acompañada de su comitiva integrada por 25 sacerdotes y numerosos fieles. Desde entonces Santa Fortunata se convirtió en la Patrona de Moquegua.
El obispo de nuestra Diócesis Monseñor José Hugo Garaycoa H., la declaró Patrona Espiritual de Moquegua.
La festividad de Santa Fortunata fue declarada como Patrimonio Cultural de la Nación mediante la Resolución Directoral N° 574-INC, publicada el 18 de marzo del 2010. Por su antigüedad, arraigo tradicional y popular que mantienen plena vigencia y contienen gran significado, es un elemento que cumple la función espiritual de muchos devotos y la integración cultural del departamento de Moquegua.
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